“Soy felizmente soltero, no estoy buscando novia ni ningún tipo de compromiso, para que no se vaya a ilusionar” dice Diego Andrés Posada; un comprometido trabajador de la unidad residencial Calasania 2, que con sus converse, pañoleta, collar de hoja de Marihuana y chaqueta de jean sesentera, arregla el jardín con unas gafas de sol, a pesar de un día nublado y lluvioso.
El ex-graduado del SENA asegura que con sus “38 añitos” es todo un don Juan y por sus habilidades verbales se podría deducir que no tiene ningún problema con el género femenino. Con términos como encantadora dama, bizcocho y belleza, seduce a las mujeres que con diferentes destinos saludan al jardinero que les sube la autoestima cada mañana.
A pesar de ser huérfano de padre y madre es una de las personas más apreciadas dentro de la unidad residencial. Es servicial, colaborador, amable y con su incompleta dentadura regala una completa sonrisa, que demuestra una actitud positiva que lo acompaña todo el día. Ayuda a cualquier persona que lo solicite en un trabajo doméstico, desde plomería hasta carpintería y de manera muy respetuosa hace mandados a las señoras que viven en la unidad, rebuscándose el sustento diario. Además, cumple papel de psicólogo, dando consejos al que se los pide.
Pero no todo es color de rosa en la vida de Diego, aún con sus cualidades y valores, resalta una vecina: “Hay que pecao…que te diré, él es una persona muy servicial, que tiene su enfermedad que es el alcohol, tiene muy buenos sentimientos y es muy noble pero es un alcohólico y no lo reconoce, porque yo ya le dije y el admite que solo toma anís”. Sin embargo, mucha gente que le conoce asegura que si el recibiera tratamiento sería una persona muy valiosa y es que es más, por la forma en la que habla ,se puede decir que es una persona que a pesar de su ignorancia, podría llegar a ser mucho más intelectual e interesante.
Sin embargo, se puede decir que Diego vive fuera de la realidad, a pesar del desempleo en Colombia es difícil creer que todo un graduado de Administración de empresa de la universidad de Antioquia, como él lo afirma; terminó arreglando las plantas de esta urbanización. Trabajo, que aproximadamente hace un año realiza, puesto que antes de la muerte de su madre, era ella quien lo apoyaba económicamente.
Diego habla poco sobre este suceso, solo se sabe que murió el día de la Madre de un aparente infarto acostada en su cama. -Ama! Levantate pues que te hice el almuerzo del día de la madre- Dijo Diego en el momento que se dio cuenta que su mamá había fallecido. Al parecer esta escena ha sido uno de los motivos que lo han llevado a ahogarse en su adicción alcohólica.
A eso de las 4 ó 5 de la tarde, el trabajo del día de “Gourmet” (apodo dado por sus cualidades culinarias) se ve poco a poco terminado, como también su botella de chicha. Luego se dirige a su hogar donde lo espera su fiel compañera canina Nucita, sus pericos y una cacatúa, pues es todo un amante de los animales.
No obstante, como cualquier otra persona, Diego tiene una imagen de cómo se verá en su vejez; sus locuras, sus historias y sus experiencias lo llevan a la siguiente conclusión de vida: “Yo me veo lleno de nietos, cuidando maticas y mis perritos en mi finca en Santa Elena, pues quien quiere pasar su vejez solo? Nadie.” Dice a pesar de ser un orgulloso soltero y con ninguna oferta femenina.
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